Descripción
Yo, Emilie de Marion Gaja, nacía en Castelnaudary en el año de gracia del Señor de 1784. Mi vida no ha sido fácil. Mi marido Gaston de Brésillac acaba de terminar el preciado manuscrito: “Deja que te cuente” para reivindicar al hijo de mis entrañas.
La abnegación, la fe, la esperanza y la caridad modelaron la vida de Marion. Anunció la Palabra en su tierra natal, pero sobre todo en la India y en África, donde reposan sus restos. Lo hizo sin desfallecer, asumiendo las incomprensiones de conocidos y extraños, con recta conciencia y entrega sin fisuras.
Su figura no ha sido comprendida. Por eso mi marido la reivindica en este manuscrito que ahora acarician mis dedos, temblorosos y llenos de ternura. Yo, su madre, vi desde el principio la huella de Dios en él, que lo eligió testigo suyo y misionero. Dirijo estas líneas a quienes queráis conocer a mi hijo.
Termino esta carta con el legítimo orgullo de ser la madre de un hombre de Dios y os invito a que leáis el documento que acaba de terminar mi esposo para que podáis conocer a mi hijo y juzguéis por vosotros mismos si su vida y su entrega ha sido o no en vano.