Descripción
Uno de los más brillantes libros “underground” del siglo pasado, admirado por Hugh Walpole, H.G. Wells y Arnoldo Bennett.
Esta novela continua siendo relativamente desconocida, aunque tiene fans que la alaban de forma entusiasta. Se trata de una historia que se ajusta al arquetipo que podríamos denominar Camino del Peregrino, en la que el protagonista avanza poco a poco y a través de pruebas diversas hacia la comprensión de la naturaleza espiritual del cosmos.
Maskull es un hombre de los años veinte que se ve transportado al planeta Tormance, un mundo en la constelación de Sirio. Allí despierta con su cuerpo transformado en el de un alien humanoide, embarcándose inmediatamente en una serie de aventuras pintorescas y atropelladas. En su periplo intervienen, entre otros, dos seres extraterrestres, Muspel y Crystalman, espíritus de tipo dualista bien/mal: Muspel es la fuente de la luz espiritual mientras que Crystalman rompe esa luz en fragmentos materiales. Lindsay dramatiza estos fragmentos (equivalentes al mundo material y más concretamente a nosotros ) como corpúsculos verdes parecidos a gusanos que se esfuerzan por alcanzar a Muspel pero demasiado débiles y diminutos para hacer algún progreso, bailando contra su voluntad al ritmo que marca Crystalman, en un proceso en el que sufren una espantosa vergüenza y degradación . El libro termina con un Maskull transfigurado que reconoce que sólo a través del dolor se puede conseguir escapar del tormento generado por Crystalman.
El lector va pasando de una metáfora a otra mientras sigue el viaje de Maskull por diferentes tierras que encarnan sistemas filosóficos o estados mentales, desarrollando y perdiendo nuevos apéndices, encontrando que sus pensamientos, creencias y visión de la vida cambian de forma similar a la manera como nuestros sueños nocturnos se funden unos con otros. Precisamente, una forma –y no la única– de leer Un viaje a Arturo es como si fuera un sueño, una narración que hace uso de la imaginería propia del mundo onírico para reflexionar sobre cuestiones filosóficas: qué significa ser humano, cuál es la naturaleza de la realidad y cuán mutables son nuestras interpretaciones del bien y el mal. El protagonista es un personaje hueco, sin personalidad: confuso y aferrado a sus antiguas creencias, simboliza la búsqueda del auténtico conocimiento que pueda llenar el alma otorgándole comprensión.
Un viaje a Arturo es uno de esos libros que o amas u odias. Algunos lectores encuentran sus retorcidas complejidades frustrantes y autoindulgentes; para otros, se trata de una revelación intuitiva y elocuente sobre la verdadera naturaleza de la vida. Sea como fuere, está claro que no fue escrito con ánimo de contentar a las masas. Novela situada en la difusa frontera entre fantasía y ciencia-ficción, su adscripción a la segunda viene dada por su inclusión de viajes interplanetarios, aventuras en lejanos planetas y aparición de seres alienígenas. Pero además del cultismo que la integra en el movimiento Modernista, no hay duda de que tiene abundantes elementos que lo acercan a la fantasía pura: sus barrocas peripecias sin justificación racional, los extraños personajes y estrafalarias conclusiones conforman una mitología privada, un ethos y una autocontemplación mística que valora la mortificación de la carne. El lector a menudo se siente incapaz de diferenciar lo que es real o no en la novela, empapándose de una sensación etérea, onírica, que emana tanto de las situaciones expuestas como de la prosa utilizada.