Descripción
¿Por qué Schimmelpfennig aquí y ahora? Porque sus obras resultan novedosas y únicas en cuanto al tratamiento de lo formal, lo argumental y lo conceptual. Y, sobre todo, por el tipo de subjetividad que construyen sus textos. En su espectacular manera de retomar fragmentos de mundo y reorganizarlos, de provocar ese mestizaje de texturas donde los personajes cohabitan un tiempo aparentemente aceitoso, mercurial y sin embargo reconocible. De crear situaciones que por muy ilógicas o desmedidas resultan tan humanas, porque a fin de cuentas son cosas, extrañas o simplísimas, que podrían pasarle a la gente común y corriente. ¿Cuál podría ser el vínculo, más allá de su reconocida multiplicidad de obras, formalidades y zonas temáticas, que impide ubicarlo en una poética teatral cerrada? Responder esta interrogante resultó decisivo para proponerles las tres obras escogidas de un autor tan prolífero, a pesar, o gracias, a su juventud. También en En la calle Greifswalder, Peggy Pickit ve el rostro de Dios e Idomeneo, Schimmelpfennig sobrepasa los bordes de la ficción pero de una manera atípica. Desentrañando a Roland Schimmelpfennig viajamos de isla en isla. Debajo de esta Geometría de la locura descubrimos los fuertes tensores de la arquitectura de sus puentes, como quien postula una poética: hacer del mundo un archipiélago.