Descripción
Existe una pugna ideológica entre quienes abogan por reducir al mínimo la intervención del Estado en la economía y quienes sostienen que el Gobierno debe asumir un papel importante no sólo para corregir las carencias y limitaciones del mercado, sino también para tender hacia un grado más alto de justicia social. Stiglitz se cuenta entre los segundos, y en este libro pretende explicar por qué está convencido de que, aun cuando los mercados centralicen el éxito de nuestra economía, si los dejamos operar solos no siempre funcionan como debieran. Esta obra no se limita a reescribir la historia económica de los noventa: es, en la misma medida, una historia del futuro, del punto en el que los países desarrollados se encuentran en este momento y de hacia dónde deberían tender para que la economía mundial llegue a un curso más justo y estable.