Descripción
EL hombre no siempre hace las cosas porque no le queda otro remedio. Por lo tanto, existe la posibilidad de no sentirse sistemáticamente victima del destino. de la misma forma que modificando unos pocos grados el ángulo de tiro de un lanzaproyectiles puede conseguirse que el proyectil cambie de dirección de su objetivo a grandes distancias, quizás un aparente pequeño cambio de actitud en un determinado momento de la vida de una persona puede provocar un destino claramente distinto.