Description
La invención del marketing masivo llevó a que los cigarrillos aparecieran en la publicidad y el cine, profundamente vinculados a las nociones modernas de glamour y atractivo sexual. Es difícil encontrar una foto de Humphrey Bogart o Lauren Bacall sin un cigarrillo. Ningún producto ha sido tan intensamente promocionado ni se ha arraigado tan profundamente en la conciencia estadounidense. Y ningún producto ha recibido un escrutinio científico tan sostenido. El desarrollo de nuevos conocimientos médicos que demostraban los terribles daños del tabaquismo en última instancia dio forma a la evolución de la medicina basada en la evidencia. En respuesta, la industria tabacalera diseñó una campaña de desinformación científica que buscaba retrasar, interrumpir y suprimir estos estudios. Utilizando un archivo masivo de documentos previamente secretos, el historiador Allan Brandt muestra cómo la industria fue pionera en estas campañas, en particular utilizando el cabildeo de intereses especiales y la generosidad para eludir la regulación. Pero incluso cuando el dominio cultural del cigarrillo ha disminuido y el consumo ha caído drásticamente en los EE. UU., las grandes tabacaleras siguen bien posicionadas para expandirse a nuevos mercados globales. Las implicaciones para el futuro son enormes: 100 millones de personas murieron de enfermedades relacionadas con el tabaquismo en el siglo XX; En los próximos 100 años, esperamos mil millones de muertes en todo el mundo.